(Colaboración especial del Arq. Hugo Barbieri, Presidente de Casa de Salto)
Cuando se relatan hechos históricos que refieren a pensamientos y acciones de las personas, es imposible ser totalmente objetivo. Se debe proceder con honestidad intelectual, siendo severo con uno mismo, para no alterar la verdad. Y si aún así, esto ocurriera, tener la humildad de reconocerlo.
l 25 de octubre de 1964, se realizó la Gran Marcha Popular por la Construcción de la Represa de Salto Grande y sobre eso tenemos algo que decir. En la profusa información que hay sobre este histórico acontecimiento, nunca se hizo mención al aporte solidario realizado por Casa de Salto en esas horas. Ha pasado más de medio siglo del suceso y es nuestro deber hacerlo.
El éxito de tamaña aventura, como fue movilizar muchas personas a tantos kilómetros de distancia, por un lapso mínimo de 2 días, en vehículos poco confortables y que además eran en su gran mayoría gente de recursos limitados, requería por parte de sus organizadores, ofrecerles un lugar digno donde concentrarlos y que no les implicase mayores gastos. El lugar elegido fué la flamante sede propia de Casa de Salto, donde anticipadamente se hizo el planteo, con respuesta favorable. Nuestra Institución, que es una Asociación Civil sin fines de lucro fundada en 1943, dando cumplimiento a lo establecido en el inciso c) de sus Estatutos en cuanto a :»Cooperar por todos los medios a su alcance, en las iniciativas de las autoridades y entidades del departamento, que soliciten su concurso…» recibió generosamente a los viajeros. Ubicada en el barrio Parque Rodó, zona residencial y tranquila de Montevideo, su apacible calma se vió distorsionada por el enorme despliegue vehicular y de personas. La Casa tuvo sus puertas abiertas de par en par, durante ese día y toda la noche siguiente, debido a que muchos viajeros optaron por pernoctar allí, pese a no contar con instalaciones apropiadas para ello. Medios de prensa fueron reunidos en la Institución, donde los delegados del Comité Popular informaron a la opinión pública los propósitos de tamaña pueblada. Los titulares de los diarios ponían en letras de molde: «A SALTO GRANDE LO PIDEN LOS PUEBLOS».
El punto de partida de la Marcha había sido la Capital salteña, donde se concentró gente de varias partes de la Región, entre ellos muchos argentinos. La gran caravana compuesta por los más variados tipos de vehículos, a lo largo del viaje con destino a la Capital, fue sumando nuevas incorporaciones, que totalizaron un considerable número de participantes.
Estaba agendada con antelación, una reunión con el Consejero Nacional de Gobierno Gral Oscar Gestido. En la previa se hicieron caravanas por distintos puntos de Montevideo, con la consigna expresada a viva voz: «¡¡¡LA SOLUCIÓN ES ESA, QUEREMOS LA REPRESA!!!», y como cierre una multitudinaria marcha a pie por 18 de Julio, hasta llegar por fin a la Plaza Independencia, frente a Casa de Gobierno. Mientras los manifestantes aguardaban afuera, un pequeño grupo de delegados, al que nos sumamos algunos directivos de Casa de Salto, ingresó al encuentro con el Consejero. Uno de los diarios que cubrían la nota informó sobre lo acontecido: «Una delegación del Comité Internacional Pro Represa de Salto Grande, acompañados por autoridades municipales y legisladores de los departamentos de Artigas, Paysandú, Salto y delegados de los Residentes en la capital, se entrevistó esta mañana con el Consejero Nacional Gral Gestido. Le fué planteada la necesidad de integrar la Delegación Uruguaya de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande y la formulación de un planteamiento concreto al gobierno argentino para obtener una clara definición. El Gral. Gestido reafirmó la voluntad de la mayoría del Consejo, de impulsar la realización de Salto Grande, para lo cual serán agotadas todas las gestiones, aunque reconoció las dificultades que existen, pues la ejecución de la obra no depende únicamente de nuestro país. Subrayó el gobernante que la Delegación Uruguaya será integrada y que se darán todos los pasos requeridos para que Salto Grande se convierta en la fuente impulsora del desarrollo nacional» A continuación agregó en voz baja, algo que solo pudimos escuchar quienes estábamos cerca suyo, «la decisión final está en manos del gobierno argentino, si hay acuerdo, la obra se podría concretar muy rápido, en caso contrario habrá que seguir batallando». Finalizada la reunión, las personas se fueron retirando en forma ordenada. Durante aquellos dos días, Casa de Salto fue el búnker central de la Marcha. Allí se concentraron, allí recibieron a la prensa, allí muchos pernoctaron y desde allí partieron, ruidosamente, haciendo sonar sus bocinas en señal de agradecimiento. Dejaron en nosotros ese sabor dulce que se siente al comprobar que tan grande esfuerzo sirvió para algo.
Sobre aquella «Marcha camión» que evocamos hoy, nos parece muy positivo que una obra de tan monumental envergadura, contase de antemano en la región con un gran consenso popular y eso quedó claramente evidenciado en el reclamo. Esta acción de compromiso, permitió involucrar rápidamente al resto de la población del país, que aún no estaba bien informada en el tema. La construcción de la presa dio comienzo 10 años después de estos hechos, en un período de crisis prolongada en ambos países. La megaobra nunca estuvo en entredicho, por el contrario las actuaciones técnicas, económicas y sociales estuvieron al más alto nivel y no hubo grandes inconvenientes con su financiación. De manera que el factor irritante, fue el innecesario tiempo empleado para su inicio, por causa de una sucesión de desencuentros de índole político, en ambas márgenes, que trabaron la necesaria aprobación del último límite a resolver. En definitiva por su carácter de binacional, el entuerto no estuvo en la obra, sino en la disputa por los límites marítimos. Quienes vivimos en Salto en los años 50, recordamos que el uso del río que era una zona neutra, estaba limitado caprichosamente por la Prefectura argentina que no dejaba aproximarse embarcaciones a sus costas, bajo advertencias y amenazas. Para comprender mejor los sucesos, debemos retrotraernos y recordar a un personaje clave en las macro decisiones de la Argentina, que fue el Gral. Juan Domingo Perón, quien gobernó con mano de hierro a su Nación durante su primera etapa en el Poder. En esos tiempos las relaciones con Uruguay se tensan al máximo, muchos políticos opositores al régimen llegan como exiliados. Radio Carve, muy escuchada del otro lado del río, emprende una campaña por mayor libertad y Perón ofuscado amenaza con bombardear la antena de la emisora en nuestro país. La muerte de su esposa Eva Duarte en 1952, que tenía gran influencia en todos sus actos y acciones, fue factor decisivo en el cambio de rumbo de su gobierno, que en menos de tres años se derrumba y finalmente el General opta por huir del país en una cañonera cargada de riquezas mal habidas. Ese día fue de festejos en nuestro país. En Montevideo todo el mundo salió a la avenida 18 de Julio a expresar su alegría, había terminado la dictadura en Argentina. Exiliado en España, Perón pasó largos años siempre añorando el regreso a su patria.
El Partido Peronista, el más grande y poderoso del vecino país, entró en una especie de hibernación durante su ausencia.
Lo sucedió en el Gobierno una Junta militar llamada Revolución Libertadora, quienes mantuvieron el régimen autoritario existente sin mayores cambios.
En 1961 se aprobaron en primera instancia los límites del Río Uruguay, los que se reglamentan definitivamente en 1975 con la creación de la CARU.
En ambos países comenzaba simultáneamente a gestarse una gran crisis con graves consecuencias institucionales.
Pasado un largo tiempo y pese a su avanzada edad, los adelantos en medicina geriátrica permiten a Perón soñar en grande. Con su biología intacta, su mente muy lúcida, totalmente cambiada su personalidad, le confiesa a su médico que está arrepentido de las cosas malas que había hecho y le manifiesta que va a volver a gobernar la Argentina, para dejar la casa en orden, contemplar los grandes reclamos populares insatisfechos y posicionar mejor a su país entre las naciones. Hábil estratega político, tal vez de los más brillantes de su generación, con gran apoyo de la clase trabajadora y enorme poder de mando, prepara su regreso triunfal. Empleando la original estrategia del «Provisoriato» de Càmpora, logra eliminar todos las demandas en su contra y la proscripción que le impedía ser candidato a cargos públicos . Presenta la fórmula Perón-Perón con su segunda esposa Isabel como Vice y obtiene un rotundo triunfo electoral, siendo elegido Presidente de la Nación por tercera vez el 23 de septiembre de 1973, asumiendo el cargo el 12 de octubre de 1973 . Al comienzo de su último mandato, la Argentina era un verdadero caos, no obstante logra consenso para la aprobación inmediata del Tratado de Límites pendiente con Uruguay, que se habrá de firmar en nuestro país el 19 de noviembre de ese mismo año, a 37 días de su asunción. Y lo hace como un tributo de su parte al pueblo uruguayo para olvidar viejos rencores.
Ese día, por la mañana, arriba al aeropuerto de Carrasco y desde allí se traslada en caravana por toda la rambla hasta la Casa de Gobierno, en medio de una multitud que lo aclamaba a su paso.
Durante la ceremonia, el Presidente Argentino anunció sorpresivamente, que el próximo año darán comienzo las obras de construcción de la Represa Binacional de Salto Grande, bajo una salva de aplausos y expresiones de alivio y de alegría generalizada. El 1 de abril de 1974, dentro del plazo prometido, se inician las obras. Sesenta días después, el 1 de julio de 1974 muere el Presidente Argentino Gral. Juan Domingo Perón.
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